“La vida sin la música es sencillamente un error, una fatiga, un exilio», sentenció alguna vez uno de los filósofos y poetas más controversiales, Friedrich Nietzsche. Es la música uno de los elementos que componen al mundo, y considerada un lenguaje universal, entendible y capaz de transmitir emociones, mensajes e historias. Esto es algo que los habitantes de Tepotzotlán saben bien, pues el municipio, nombrado pueblo mágico en 2002, cuenta con un repertorio extenso de músicos que dedican su tiempo a emplearse en lo que les apasiona: las claves de sol, las corcheas, palabras entonadas y uno de los elementos más importantes; el público.
Entre la arquitectura colonial, coloridas calles, el Templo de San Francisco Javier y las personas que habitan Tepotzotlán, se hayan múltiples músicos, como Pablo Noriega, Miguel Bueno, Gerardo Cavieres, Ricardo Sánchez, entre otros, que, gracias a su resiliencia y constancia en la música han logrado subsistir a través de las notas del pentagrama.
Fue a través sus 88 teclas en blanco y negro y diez dedos y falanges, que Pablo Esteban Noriega se inició en la música con un instrumento que nació en 1,700, del ingenio de un inventor italiano y que le permitió alcanzar la gloria a personajes como Ludwig Van Beethoven, Amadeus Mozart, entre otros: el piano.
Antes de que obtuviera su licenciatura en Música, fueron entre diez y once años de estudio los que Pablo Noriega cursó para su formación como pianista solista y docente de piano, violín y ocasionalmente con las seis cuerdas de la guitarra en una casa de cultura de San Luís Potosí, lugar en el que residía en esos ayeres.
Esteban Pablo Noriega Testa es una persona cuya notoria pasión por la música se le deja ver en las manos y en su forma de referirse a ella: posee una maestría en dirección musical y dos licenciaturas, la primera de ellas, en Música; una carrera que en promedio dura un periodo de 4 a 5 años, dependiendo de la institución; la segunda, es en Administración de empresas, lo que le perimtió combinar su más grande pasión con sus perspectivas y ambiciones.
En su hoja de vida, Esteban Noriega ha incluido los distintos cargos que su preparación le permiten ocupar: músico, productor, arreglista, docente de nivel superior, compositor, concertista, director orquestal y director escolar en la Escuela de Artes Estudio Liszt, de la cual es fundador. Pero, además, Noriega es administrador, y esto amplió sus horizontes y su visión: pues cayó en cuenta, gracias a la formación que recibió en administración por parte de sus padres y de sus estudios, que en las escuelas de música se trabajaba el talento, la teoría y la interpretación, pero no se enseñan los aspectos económico-administrativos del profesional de la música.
A pesar de que en la actualidad es director de una Martínez escuela de música, en un inicio, la visión de Pablo no era la enseñanza: se desempeñó como pianista solista, sin embargo, el ambiente nocturno en bares y clubes, el peligro que acrecienta a medida que la noche envejece y la preocupación por su familia, fueron factores importantes para que decidiera “girar el volante” como él menciona, hacia el camino de la docencia: “para mí, fue más factible enseñar que interpretar, pero depende de la persona”, dijo.
Pese a que su familia jugó un papel importante en su decisión de tomar un camino distinto al de la interpretación, las caminatas con el pesado instrumento en la espalda, el frío y los inherentes problemas de los bares y cantinas, fueron el punto de inflexión en la vida de Pablo, quien en su trayectoria como pianista, tocó junto a Tai Sosa, vocalista de los Ángeles Negros y con la agrupación Los Pasteles Verdes, oportunidades que le hicieron ver que la música ya le comenzaba a abrir caminos, pero cuyo costo era un ambiente al que no sentía pertenecer.
Noriega, no siempre dirigió sus pasos por el camino de la música: durante un periodo de su vida trabajó en Deloitte, una de las empresas pertenecientes a las Big Four. Durante este tiempo, Esteban Noriega trabajó como auditor, un empleo que le permitió conocer diversos estados de México y que además le brindó experiencia profesional: sin embargo, pese a que logró destacar y ser elegido para un ascenso, Noriega advirtió que el esfuerzo no era equitativo con la paga que recibiría aún tras dicha oportunidad, es por ello, y por los horarios demandantes que determinó su camino: seguir su sueño, y lo tenía claro: “Cuando no trabajas por tus sueños, trabajas por los de alguien más”.
De ese modo fue como Escuela de Artes Estudio Liszt nació: cuando Esteban se dio cuenta de que su propósito se hallaba en plasmar su pasión por la música dentro de los corazones y sueños de otras personas, a través de la enseñanza, deja su legado y conocimientos en los miles de alumnos que han pisado los pasillos de la escuela de música ubicada en Tepotzotlán, una escuela abarrotada de instrumentos abrillantados y paredes ilustradas con pinturas, que representan lo que la música es para Noriega; algo que genera una conexión maravillosa entre las personas.
Tepotzotlán es un pueblo con notable presencia cultural, con comerciantes de todo tipo, artesanales, moda, autoservicios y del sector gastronómico. De entre los múltiples restaurantes se encuentra el llamado “Mesón del Molino”, un lugar en el que Miguel Bueno se ha presentado con el sonido de su guitarra Yamaha Silence de cuerpo transparente y con su elegancia y pulcritud al pulsar los trastes del instrumento por casi 20 años.
Bueno es un músico que ha tenido la oportunidad de conocer el mundo gracias a su profesión, pues lo ha llevado a lugares como Guatemala, Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, Canadá, así como en Japón y Estados Unidos, lugares en los que incluso llegó a residir por un tiempo.
Miguel ha desviado su pasión por la música hacia distintos géneros musicales, comenzando por su formación en Jazz, que obtuvo de la Escuela Superior de Música de la UNAM; no obstante, el músico también amplió su repertorio en el smooth jazz y en flamenco, entre otros. Pero Miguel Bueno sabía que, entre más preparación, más éxito conseguiría, por lo cual también aprendió a interpretar palabras entonadas en cinco idiomas distintos.
El músico también posee un estudio de grabación, en donde ha creado música para campañas políticas de Eruviel Ávila, Movimiento Ciudadano en Nextlalpan o para el PAN en Hidalgo, además de que su espacio de grabación también es utilizado para que otros músicos solistas o en agrupaciones puedan lanzar sus sueños a través de discos, mediante la ayuda de producción musical que Miguel Bueno brinda en cada sesión, gracias a su habilidad con el piano, la guitarra y sus conocimientos obtenidos de su licenciatura en informática musical, que le permiten crear sus propias pistas desde cero.
La música trata distinto a cada artista, en el caso de Miguel Bueno, los caminos de las pautas musicales lo guiaron a colaborar con artistas como Emmanuel, Alex Syntek, Armando Manzanero o Alejandra Guzmán, además de que en sus manos tuvo la oportunidad de presentar su talento en hoteles de 5 estrellas, restaurantes de alta categoría o en bodas junto a su agrupación High Quality, con la que además se ha presentado en distintas zonas de la república como Tulum.
Y sí, la vida trata distinto a cada músico, en el caso del cantante e instrumentista, el negocio de la escuela de música funcionó de una manera distinta a lo planeado, pues los tiempos en los que Miguel se encontraba de gira en Estados Unidos y los tiempos de su socio no coincidieron con las necesidades que un negocio requiere, por lo cual tuvo que abandonar ese proyecto, para poder continuar con su carrera como artista.
Actualmente, Bueno se encarga de deleitar los oídos de comensales y clientes en diversos espacios, en Ciudad de México o, por ejemplo, en Tepotzotlán, donde es un artista recurrente del restaurante El Mesón del Molino, trabajo que ha realizado por 22 años, como menciona entre risas: “Tengo tanto tiempo aquí… ya la gente sabe que yo soy de aquí, estoy dentro del inventario”.
En los restaurantes y eventos de Tepotzotlán o las áreas circundantes, también se encuentra Gerardo Cavieres Olvera, un músico de unos 32 años de trayectoria, cuyos golpes a los bombos, los tom, tarolas, crash y platillos han sido la percusión de sus tres agrupaciones, con las que interpreta, de manera versátil, géneros como el rock, el ska, reggae, cumbia, metal y boleros.
Cavieres es un músico cuyo pie delata al momento de hablar, pues a través de la agitación de este, se puede observar que el ritmo de su corazón y su pasión se haya detrás de los tambores, como un baterista nato.
El músico halló a la edad de 15 años una fascinación por los ritmos del rock y los agresivos golpes a los tambores en compases de cuatro cuartos, y es por ello que, a esa edad, Gerardo decidió hacerse de un par de baquetas y comenzar con su preparación como baterista de manera autodidacta y creciendo a su propia disposición.
Hoy por hoy, los habitantes de Tepotzotlán que circundan los alrededores de los verdes jardines ubicados frente al Museo del Virreinato, pueden escuchar las percusiones y ensayos de las agrupaciones a las que el baterista pertenece; pues Cavieres dedica tres días a la semana a los ensayos que debe realizar junto a sus colegas para poder presentarse en los múltiples lugares en los que son solicitados.
Es con agrupaciones como FANGO, Alebrije Musical y Triple W que el músico se ha presentado en restaurantes, bares (como el ya extinto “Los Molcas Rock”) para deleitar los tímpanos de amantes de géneros como el rock, reggae, cumbia, ska y metal cuando se le contrata como FANGO; de boleros, cumbias y rock con Alebrije Musical, y de rock y metal cuando se le pide participar como baterista de Triple W.
Gerardo, es un músico que ameniza fiestas, eventos y que en ocasiones da ritmo y vida en el quiosco ubicado en la explanada principal frente al anaranjado palacio municipal de Tepotzotlán, donde ofrece un espectáculo musical para turistas y habitantes que abarrotan los espacios del pueblo mágico los fines de semana, y de quienes algunos, ofrecen su agradecimiento cuando la agrupación del baterista pasa la gorra para recolectar propinas.
De las vertientes que la música posee, Gerardo ha sido intérprete y docente tanto en su salón de clases particular, como en el AMATT (Ateneo de Música, Arte y Tecnología Tepotzotlán), lugares en los que el baterista transmite sus tres décadas de experiencia y conocimientos en las percusiones a las personas que, como él a sus 15 años, encuentran una fascinación en los ritmos que los bombos, tarolas y baquetas pueden crear.
También existe la historia de otro músico recién egresado de la Escuela de Artes Estudio Liszt, Ricardo Sánchez, quien antes de aventurarse al mundo de las claves de sol, optó por estudiar una ingeniería en mecatrónica, con la esperanza de tener un futuro con mayores oportunidades, debido al mito que en un comienzo rodea la vida de todo artista, la frase que alguna vez todo artista debe haber escuchado: “De la música, morirás de hambre”.
Sin embargo, para Sánchez, no resultó un camino con más oportunidades que la música, pues esta le ha permitido desenvolverse como docente en clases particulares, así como en eventos o en su ópera prima, un proyecto con un concepto propio en el que ha trabajado desde que egresó de Estudio Liszt y que presentará el 16 de diciembre en las instalaciones del lugar donde aprendió todo lo que sabe de música y con el apoyo de Esteban Noriega.
Un músico depende de muchas cosas: de la suerte, como incluso aquellos vanagloriados artistas han mencionado durante entrevistas; de la constancia, del trabajo, del talento en ocasiones; para cada artista es diferente, pero todos dependen inequívocamente de algo, lo más importante: su público.
El público es el juez, jurado y verdugo de los artistas; determina el éxito y la trayectoria que cada uno tomará y, por ende, las ganancias que percibirá por su trabajo. En niveles mayores, los artistas perciben ingresos estratosféricos cuando abarrotan recintos como el Foro Sol, la Arena México, el Palacio de los Deportes, el Auditorio Nacional, entre otros.
En México, el sueldo promedio de un músico, según el informe del segundo trimestre del 2023, brindado por el Gobierno de México, es de 6 mil setecientos pesos mensuales. Sin embargo, como en cualquier empleo, ni el éxito ni el fracaso son algo seguro, pues los artistas deben diversificarse y aprovechar las múltiples variantes que la música ofrece, porque el negocio de la música requiere de ser versátil y buscar oportunidades de todo tipo.
Esteban Noriega, durante su trayectoria como músico, ha interpretado en lugares como el Pedregal de San Ángel, Ciudad de México, en la ocasión en que fue invitado a inaugurar la compra de un piano cuyo valor ondeaba el millón de pesos; el pianista interpretó un recital que maravilló a los presentes, pero sobretodo al hombre que inicialmente lo contrató, pues tras ovacionar su trabajo, le ofreció otra oportunidad, esta vez para dar lecciones de piano a sus hijos, un trabajo que a Noriega le valió un sueldo de 7 mil pesos mensuales por 3 horas de lecciones.
Cuando Noriega dio inicio a su propósito de enseñar, consideró un cobro de quinientos pesos por clase, sin embargo, su visión y conocimientos en administración le permitieron diseñar una matriz que efectuará la posibilidad de enseñar al mismo tiempo a distintos alumnos en distintas aulas en mismos horarios, de modo que pudo aprovechar al máximo el espacio que en aquel entonces poseía.
Actualmente, Esteban es director de una escuela que acrecienta al mismo ritmo que su amor por la música lo hace; pues actualmente, se ha expandido por las redes a través de la plataforma en línea de la Escuela de Artes Estudio Liszt, que cuenta con alumnos de los 32 estados de la República, además de preparar a personas que desean licenciarse en artes desde otros países como Estados Unidos, Ecuador y Guatemala, entre otros.
Actualmente, la escuela de música de Esteban, cuenta con más de 2,000 alumnos que estudian los cursos de idiomas, teconología y música, clases particulares o alguna de las dos licenciaturas que ofrece la Escuela de Artes Estudio Liszt, en modalidades presenciales o a través de su plataforma en línea.
El director de Escuela de Artes Estudio Liszt tiene una visión clara sobre la música: hay que ser constante, escudriñar las oportunidades que la música ofrece en áreas de docencia e interpretación; como él dice: “hay que buscar el cómo sí, cómo sí hacer las cosas”, según Noriega, lo importante está en la mentalidad, en el ‘mindset’ de cada persona, y bajo la ideología de la constancia y de saber combinar la administración con la música, es que Esteban ha tenido la oportunidad de percibir ingresos por encima del promedio, gracias a su experiencia como docente, administrador, intérprete, representante de artistas y director orquestal, productor, arreglista, compositor y concertista.
Miguel Bueno, por otra parte, es un músico que ha notado que el modelo de trabajo ha cambiado en la música, pues considera que los ingresos que se percibían antes a comparación de los de ahora, han decrecido considerablemente, sin embargo, el músico sabía que debía diversificarse para poder generar mayores ingresos. De ese modo, Bueno, trabaja en 4 restaurantes, uno de ellos es El Mesón del Molino, en Tepotzotlán, en el que cobra 250 pesos por una hora de presentación; mientras que en otros, recibe un pago de entre 1,500 y 1,800 pesos por el mismo tiempo.
Miguel ha sido claro respecto a su visión de éxito en la música; hay que diversificarse. El músico ha viajado por el mundo y ha aprendido de las distintas culturas que ha conocido; aprendió la música de cada lugar que pisó, aprendió a cantar en idiomas distintos, a componer en métricas que incluso al experimentado artista sorprendieron por su particularidad, y también experimentó con otros géneros y con otras variantes de la música como la docencia, la producción y composición.
Bueno ha ampliado sus conocimientos y ha hecho un constante esfuerzo por seguir diversificándose, de modo que se ha vuelto un artista versátil cuando es solista o incluso cuando está junto a su agrupación “High Quality”, con la que ha realizado presentaciones en hoteles como Xcaret e incluso en bodas, donde llegan a cobrar hasta 150 mil pesos para amenizar el evento.
Diversificación, estudio, práctica, responsabilidad, respeto al trabajo y una mente abierta: es lo que el experimentado músico considera como clave para tener éxito en la música, pues de este modo, según Bueno, un artista logra diferenciarse de otros en cualquier lugar, pues la capacidad de interpretar música distinta a la que algún espacio está acostumbrada a escuchar, es lo que sorprende y gusta al público, el cambio.
Esteban Noriega y Miguel Bueno lo tienen presente: es importante ser constante y ser variado, pero esto es algo de lo que también Gerardo Cavieres se ha dado cuenta, pues en sus tres décadas de experiencia como músico, ha tenido que ser variado y repartir sus conocimientos hacia las interpreteaciones y la docencia.
Como intérprete, Cavieres forma parte de tres agrupaciones, con las que usualmente se presenta en fiestas y eventos en los que, por 2 horas de trabajo, cobran entre 2,000 a 2,500 por su presentación. El baterista menciona que en una buena semana, llegan a ser contratados hasta 3 veces, por lo cual, su agenda se ve apretada, debido a los ensayos que deben realizar y debido a su trabajo como profesor de percusiones en el AMATT, que le representa unos 2,000 pesos quincenales.
Gerardo es un músico que se ha enfrentado a un reto en Tepotzotlán: la paga, pues considera que en los distintos espacios en los que se ha presentado, las retribuciones no han sido muy buenas; sin embargo, ha sabido sobreponerse y canalizar sus conocimientos de manera que ha logrado subsistir de la música a través de su pasión, habilidades, constancia y versatilidad.
El reto para los músicos es grande, existe una competencia considerable en todo el mundo, existe gente muy talentosa con la cual hay que pelear para sobresalir, existen dificultades laborales, económicas, de oportunidades o de tiempo. Ninguna de estas ha detenido a Ricardo Sanchez, un músico que a leguas deja ver su pasión por la música. Él es ingeniero mecatrónico, sin embargo, su corazón se inclina más hacia el lado de las notas del pentagrama.
Sánchez habla con emoción de las aspiraciones que fue adquiriendo a medida que estudió la Licenciatura en Música impartida por Escuela de Artes Estudio Liszt, de la cual ya es egresado: él ha buscado dar clases, ha interpretado en eventos, en la escuela, ha compuesto múltiples propuestas que son innovadoras y que surgen de su propio concepto. Sánchez presenta el 16 de diciembre su ópera prima llamada Van Quantum en las instalaciones de la Escuela de Artes Estudio Liszt.
En el mundo de la música existen constantes para llegar al éxito: la perseverancia, el trabajo, la versatilidad, el coraje y la preparación, entre otras cosas. Esteban Noriega, Miguel Bueno, Gerardo Cavieres y Ricardo Sánchez y todo aquel artista que desea poder vivir de la música debe afontar retos relacionados a dichas constantes, los artistas que poseen estas cualidades y características son aquellos que logran sobreponerse a las adversidades y cumplen su sueño.
Puede ser que exista un gramo de suerte, es innegable que, en ocasiones, cuando se quiere llegar a la cúspide, juega un papel importante, pero sin la constancia y lo que conlleva, es dificíl llegar a cualquier lugar. El músico debe tener hambre de triunfar, debe buscar entre las variadas opciones que las métricas y notas ofrecen a los artistas, y personajes como Esteban, Miguel, Gerardo, y Ricardo, quienes muestran que están iniciando con el pie derecho, pues han tenido la experiencia suficiente para comprobarlo, que todo está en trabajar duro.