Ante la constante crítica de que se construyen viviendas en lugares que no tienen servicios ni infraestructura, como las ciudades bicentenario —Zumpango, Huehuetoca, Tecámac, Atlacomulco, Jilotepec y Almoloya de Juárez—, Eugene Towle, socio director de Softec, apuntó que no es responsabilidad de las desarrolladoras, sino del Estado.
Destacó que por cada 100 hectáreas que crece una ciudad en México, 15 las hacen los desarrolladores de vivienda, 25 por autoproducción —tanto informal como formal—, 20 son vialidades primarias y secundarias, 10 son espacios público y terrenos baldíos y 30 son para una meta productiva.
“Les estamos pidiendo a los desarrolladores que sean responsables de 85 por ciento de la infraestructura urbana que no está haciendo nadie… ya nos acostumbramos a que las empresasque hacen vivienda deben hacer todo este desarrollo de los municipios donde están”, dijo Towle.
Es por eso que se tiene que replantear el modelo para hacer ciudades; hace 50 años era muy funcional porque el Estado se dedicaba a construir todos los bienes públicos, además de que llevaba un orden, que primero era lotificar los terrenos, luego se metía toda la infraestructura y ya por último se construían las viviendas, pero en los últimos años todo se hizo al revés.
Towle resaltó que en vez de que se preocupe por casos específicos como el de las ciudades bicentenario se debe planear cómo queremos que sean las del futuro. “En Zumpango se han financiado 50 mil casas, de las cuales están desocupadas 20 mil, pero eso no es lo importante, eso seguro se va resolver, habrá 20 mil personas que les convenga vivir allá”.
Dijo que un estudio realizado por Softec reveló que en la Ciudad de México hay más oficinas que en Shanghái y en Hong Kong y el producto interno bruto (PIB) del país es similar al de estas dos naciones, por lo que si se hacen ciudades inteligentes tendrá la oportunidad de cuadriplicarlo.
Respecto al tema del rezago habitacional, dijo que de los 9 millones de viviendas que se marcan bajo este concepto se ha entendido mal, pues no se trata de que este es el número de casas que hacen falta, sino más bien se refiere a algo cualitativo.
“Lo que tenemos que entender es que de estos 9 millones de casas que hemos puesto en rezago, son viviendas deficientes que tienen problema de hacinamiento o que están hechas de materiales de desecho”, puntualizó Towle.