Por su ubicación geográfica, clima y su tradición entomofagia, en los próximos años, el municipio de Teoloyucan podría convertirse en una potencia en la producción de insectos para consumo humano, al albergar una de las primeras 15 granjas de grillos industrializados del país y que, de acuerdo con las tendencias mundiales, es considerado uno de los alimentos del futuro próximo.
El CEO de la empresa Soluciones Industriales Invent, Hugo Sánchez, señaló que, hasta ahora, solo existen cinco granjas de estos insectos en México, a pesar de que en países como Estados Unidos ya se contabilizan 450 y en Reino Unido cada tres semanas se abre una nueva, por lo que, ante el impulso que está teniendo este movimiento de consumo de insectos en el mundo, se contempla que puedan abrirse 10 más en nuestro país en los próximos cinco años, de las cuales una estará ubicada en el municipio de Teoloyucan, en el Estado de México.
Estamos apostando por la apertura de nuevas granjas con las que se pretende activar la economía local, generar empleo con la gente de zonas marginadas, con la ventaja que ofrece un producto que puede quitarnos dos lastres que tenemos en México: la desnutrición y la obesidad, al tiempo en que generamos fuentes de empleo y una mejor salud para la población”, señaló.
Hugo Sánchez explicó que el grillo es una de las especies de insectos más estudiadas en el mundo, lo que ha permitido descubrir que una ración de 25 gramos de la harina producida por esta especie, aporta la vitamina B12 necesaria para metabolizar los carbohidratos que una persona consume durante el día, además de brindar la cantidad de calcio que aportan dos litros de leche y el equivalente en hierro a un kilogramo de espinacas.
Un grillo tiene, por lo menos, 70 por ciento de proteína y el otro 30 por ciento está conformado por entre 10 y 12 por ciento de fibra prebiótica y otro tanto de grasas polisaturadas Omega 3, 6 y 9, casi la proporción exacta para consumo humano, además de hierro, calcio, zinc y potasio”, puntualizó.
El especialista resaltó que, mientras el contenido proteínico de 200 gramos de un filete magro de res aporta solo entre el 14 y 24 por ciento de lo que el cuerpo humano necesita, el de un grillo es hasta cinco veces mayor, debido a que cuenta con los micro y macro nutrientes que requiere una persona para mantener un buen estado de salud.
Detalló que el precio del insecto es también inferior, ya que un kilogramo de grillo fresco cuesta 200 pesos en promedio, mientras que el deshidratado ronda entre los 850 y los 900 pesos, lo cual lo hace cada día más atractivo para el mercado de consumo, por lo que se oferta en estas dos variedades, así como en harina para hot cakes, panificadoras y barras proteínicas para sectores como el pediátrico, geriátrico y femenino, gracias a sus propiedades alimenticias.
Hugo Sánchez destacó que el consumo y producción de insectos para consumo humano es una tendencia al alza, debido a que la propia Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) recomendó la inclusión de estas especies como una alternativa más sustentable y sostenible para la producción de proteínas.
Con el tema de la crisis alimentaria, donde se prevé que la población mundial crezca un cien por ciento entre los años 2040 y 2050, y considerando que 70 por ciento del territorio está dedicado a la ganadería o agricultura o una actividad relacionada, la producción de alimento es inviable, por lo que recomienda la inclusión insectos en la alimentación, incluyendo la producción industrial”, subrayó.
Agregó que, si bien la mayoría de los países de la Unión Europea, así como Estados Unidos y Canadá, se incorporaron a esta tendencia en 2013, México comenzó a trabajar con los insectos de manera industrializada en 2016, ya que, en 2014, jóvenes universitarios de Querétaro comenzaron a explorar estas especies, lo que ha generado un retraso en esta materia; no obstante, se prevé que, en los próximos 10 años, estos animales ya estén incorporados a la dieta mexicana y de todo el mundo.
Tras resaltar que una de las ventajas del grillo es su sabor neutral en los alimentos y sus propiedades organolépticas de textura, se estudia la posibilidad de adherir otras especies de insectos al proceso de industrialización en nuestro país, como es el caso del tenebrio molitor -una larva del escarabajo-, así como también la cucaracha; sin embargo, consideró que será casi imposible incorporar esta última a la alimentación mexicana, debido a los tabúes que existen y pese a que esto ya ocurre en otras comidas del mundo.
México tiene la tercera parte de los insectos comestibles del mundo, con alrededor de entre 550 y 600 especies, aunque reproducidas de manera industrializada solo se podrían 10 y producidas industrialmente solo dos, pero la alimentación con insectos llegó para no irse, no le podemos dar la espalda al futuro y es la manera más sustentable de obtener alimentos. Los insectos ahora son una novedad, pero puedo asegurar que, en 10 años, se les va a ver en cualquier lado”, finalizó el empresario.